Este Otoño hemos podido comprobar de primera mano que la población de anjovas se ha recuperado espectacularmente en el delta del Ebro.
Hacía muchos años que no veíamos nada parecido. Días de docenas de picadas en superficie. Anjovas de buen tamaño por todas partes y combates brutales en casi todas las salidas de pesca. Se está notando mucho la restricción y presión sobre la pesca profesional descontrolada que últimamente se había adueñado de nuestras aguas, como en casi todas partes. Pero aquí, al tratarse de un ecosistema muy particular, el efecto ha sido inmediato. Esperemos que dure y podamos seguir gozando de esta especie; la más deportiva de todas .